El cobre, además de ser uno de los metales más reciclados del mundo, también es uno de los más utilizados, resistentes y con mejores propiedades conductivas tanto eléctricas como térmicas. Además, tal y como ya contamos anteriormente en uno de nuestros artículos, el cobre es uno de los recursos naturales más útiles y antiguos, puesto que se puede reciclar y reutilizar tantas veces como se desee.
Así pues, podemos dividir el cobre como materia prima en dos grupos: aquél que proviene de la extracción primaria, en concreto de la minería, y aquél que proviene del reciclaje. Este segundo grupo es el denominado cobre secundario y en la actualidad es ya casi tan importante como el primario, pues actualmente en Europa casi el 50% del cobre que se emplea proviene del reciclado.
En anteriores ocasiones, ya hemos hablado de las extraordinarias propiedades de este metal que puede reciclarse casi al 100% y el cual no pierde ninguna de sus propiedades independientemente de las veces que se reutilice. Su uso está muy extendido y por tanto, permite que el cobre secundario pueda emplearse en procesos de producción distintos o iguales a los utilizados con el cobre primario, aunque teniendo en cuenta que determinados productos si requieren que el uso de cobre primario para su fabricación, como por ejemplo alambres o cables eléctricos.
El reciclaje de cobre es muy importante en cualquier rincón del planeta, pues se trata de la mejor alternativa para aprovechar un material ya procesado y reducir los costes de producción asociados a la extracción primaria de este material. Actualmente, es mucho más barato reciclar el cobre, que obtenerlo de la minería y procesarlo para que pueda ser utilizado como materia prima.
El principal consumidor mundial de cobre es China, país en el que se originó el 44% de la demanda el pasado 2014. Por ello, no es de extrañar que hayan promovido significativamente el uso del cobre secundario a través de un régimen fiscal que permite adquirir este material reciclado a precios inferiores. Además, en el país asiático existe también un tratamiento libre de impuestos para la importación de chatarra de cobre, así como una imposición fiscal más dura para la exportación de este tipo de material.
Fuente: Laura Villanueva Ramírez
Etiquetas: chatarra, cobre, metales, residuos
Publicado por José Jareño S.A. el Lunes, 21 de diciembre del 2015